viernes, 3 de diciembre de 2010

(y ya es) 3 de Diciembre





El otro día tuve la suerte de pillar en la 2, apunto de empezar, la agridulce lo que sé de Lola, dirigida por Javier Rebollo en el año 2006.

Ya se me olvida el argumento concreto y el orden lógico de las escenas, pero es verdad que eso no me importa tanto :). Esta peli me (re)trajo el tiempo lento de aquellas tardes infinitas tan mías y tan oscuras, observando el pueblo y la vida como desde fuera. Sola en el salón, apenas con la luz que entraba de las rejillas de la persiana que estaba echada para que no entrase aún más calor. Las mañanas de esperar sentada a que por fin se hiciese la hora para ir al colegio, los veranos demasiado largos, los sueños de la siesta... como viajes. Y el consuelo... la eterna masturbación mental de ese amor sin palabras y sin esfuerzos que estaba por llegar, ¿tal vez escondido en el norte de Francia, violín al hombro? Todo podía ser.

Mandarina, 15:39,  37º debajo de la manta, -276º fuera.